por Pierre Bourdieu     
          El mundo económico ¿es realmente, como pretende la teoría dominante, un  orden puro y perfecto, que desarrolla de manera implacable la lógica de  sus consecuencias previsibles, y dispuesto a reprimir todas las  transgresiones con las sanciones que inflige, bien de forma automática o  bien - más excepcionalmente- por mediación de sus brazos armados, el  FMI o la OCDE, y de las políticas que estos imponen: reducción del coste  de la mano de obra, restricción del gasto público y flexibilización del  mercado de trabajo? ¿Y si se tratara, en realidad, de la verificación  de una utopía, el neoliberalismo, convertida de ese modo en programa  político, pero una utopía que, con la ayuda de la teoría económica con  la que se identifica, llega a pensarse como la descripción científica de  lo real?